jueves, 22 de septiembre de 2016

Las prendas compresivas


He de reconocer que para una persona analítica como yo, es difícil escribir esta entrada. Las prendas de compresión surgen a partir del beneficio que suponen para el retorno venoso, de hecho por lo menos desde 1995 existen estudios científicos que lo prueban. Principalmente estuvieron orientadas a tratamientos terapéuticos como las varices, hinchazón de piernas y dolores musculares.

En los primeros años del presente siglo surgen los primeros estudios orientados al deporte, generalmente en el tratamiento post-ejercicio. A partir de ahí, comienza la idea de que tal vez también sea beneficioso durante la práctica deportiva y en 2008 surgen las primeras perneras o polainas con efecto compresivo.

Desde entonces, habrán aparecido cientos (literalmente) de estudios sobre su beneficio tanto durante y a posteriori del ejercicio. Actualmente el consenso es que el beneficio competitivo para pruebas de resistencia (duración mayor de 60 minutos hasta un Ironman) no existe a nivel fisiológico, sin embargo, sí que existe una mejora de leve a moderada en el post ejercicio, por lo tanto es algo muy recomendable tras la ducha. Además se han visto acortados los plazos de las temidas “agujetas”.

A nivel psicológico, algo fundamental en pruebas de larga distancia de triatlón o de carrera a pie donde hay implicado un “golpeo” constante y repetitivo, o cuando existe una patología dolorosa previa como las tendinitis o periostitis, sí que hay un beneficio. Posiblemente se debe a que la ausencia de vibración no deseada a nivel muscular hace que se reduzca el dolor y que pueda colaborar a la estabilidad general. También se han visto beneficios a nivel de percepción del esfuerzo en prendas compresivas ciclistas, especialmente en los muslos.

Una aproximación al deportista

Las prendas compresivas a pesar de ser un beneficio somático en términos puros de rendimiento tienen otras ventajas. A nivel de ropa interior, evita rozaduras de ropa más holgada y según su fabricación pueden ser increíblemente frescas.

A nivel de ropa deportiva, sobre todo de cintura hacia arriba reduce molestos movimientos de vísceras o de grandes músculos con disposición horizontal, como pueden ser los pectorales.

Sin embargo, quizá donde se encuentren los mayores beneficios sea en el triatlón de larga distancia. Un maillot o un mono compresivo con un correcto refuerzo de zonas además de añadir comodidad, evitar rozaduras, mejorar en aerodinámica, ayuda a descargar hombros y a conservar la masa visceral sin descolgar.

Por último, tras el ejercicio de alta intensidad del ciclismo los muslos han quedado tocados y cada pisada puede suponer un pequeño suplicio debido a las vibraciones reducir esas molestias puede suponer ir más cómodos. Además hay que sumar que el cambio de postura en la transición suele generar dolores de lumbares, algo que con un refuerzo lumbar proporciona mayor estabilidad tanto durante el sector ciclista y luego nos ayuda a conservar la posición.

¿Cómo ha de estar fabricada una prenda compresiva?

De nuevo hay numerosos estudios médicos que buscan optimizar las mejoras, sin embargo el consenso general parece ser que es más una correcta transpiración sin absorción, una ausencia puntos de estrangulamiento y que la compresión se mantenga estable durante la práctica deportiva o el reposo.

Por ello mismo dichas prendas han de ser confeccionadas sin costuras o con costuras planas elásticas, con diferentes paneles de refuerzo en la zona muscular y menos apretado en las zonas de hueso. Si la prenda está diseñada para cubrir también una articulación, ha de ser flexible pero sin provocar arrugas que invariablemente producirían rozaduras y ampollas. La tensión de compresión no es crítica, por ello mismo nos puede valer aunque ganemos o perdamos algún kilo.

En general la presión o tensión que lleva la ropa de compresión específica para grandes grupos musculares se suele medir en mmHg, cuya equivalencia son 133 Pascales. En ropa completa o que cubre el tronco son no suele darse ese dato ya que no es homogénea. Por ello mismo es importante usar el tamaño que se adecúe a nuestras necesidades.

La transpiración se consigue utilizando prendas tejidas, con un patrón de punto que suele ser circular y una alta trama, su objetivo no es abrigar. Normalmente se entretejen zonas con tejidos menos elásticos o con mayor densidad en la trama e incluso se están añadiendo filamentos de carbono que añaden rigidez y transmisión de calor.

Por último, hoy en día también se están buscando mejoras posturales, para que actúen a modo de refuerzo y de estabilidad en el tronco. Es similar a un corsé que nos asegura llevar una postura que impida o retrase la fatiga muscular de la parte estabilizadora, lo que se ha dado a llamar actualmente “core”.


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